SOBRE NOSOTROS
Los comienzos…
Desde que tenía uso de razón, más o menos de 5 a 7 años, no me conformaba con las apariencias de las “cosas” o de las personas… mi curiosidad me llevaba a querer ir mas allá de todo lo que veía a simple vista.
…y todo lo que planeaba hacer desde la adolescencia iba encaminado a descubrir las respuestas y el trasfondo de tantas preguntas que se me acumulaban, relacionadas con el ser humano, relacionadas con Dios, con la naturaleza… también, la relación que tenemos entre ambos.
Los conceptos aprendidos pero no asimilados, me producían un desequilibrio emocional y existencial, cuya única pasión en esos años era la de encontrar respuestas y claridad al mundo interior que crecía en mí y al que deseaba expandir sin condicionamientos de ningún tipo.
A partir de los 17 años, empecé a desarrollar muchas actividades de voluntariado en diferentes campos, dejándome la piel en cada uno de ellos. Descubrí que todo lo que aportaba se quedaba en el ámbito social y aumento de reconocimiento personal. Pero esto no es lo que yo quería…me faltaban las respuestas que podrían sanar mi vida interior… esto, no llegaba y el vacío aumentaba.
Recogía grandes satisfacciones pero solo en el ámbito social como ya he dicho. La vida social que se presentaba para mi, o de cualquier otra mujer de mi edad, de los 18 a los 22 años, no me despertaba ningún interés en absoluto. Para mi estudiar una carrera, casarme, tener hijos …. no me suponían ningún aliciente. Mi prioridad en aquella época no era tener novio ni nada parecido, quería aprovechar cada momento para llegar a este propósito tan raro para muchos.
Intuía como debería ser una relación de pareja estable, que por desgracia no se ajustaba a los cánones establecidos de entonces. Todas las mujeres de mi entorno…una por una se prestaron a cumplir con el canon establecido, estudiar, casarse, tener hijos y luego trabajar… Me parecía un despropósito para todos. En ese planteamiento de reivindicación femenina todos salían perdiendo, la mujer, el marido y por supuesto los hijos. No quise participar en ese tipo de proyecto social…que con un día de 24 horas no bastaba, y no lo hice.
Por entonces imperaba la sociedad del “TENER”, por encima de lo que fuera… Si no tenías “eso” no eras valorado y por supuesto dejabas de tener prestigio social.
Lo que mas me interesaba por entonces era mi vida espiritual, llenar el vacío que en vez de disminuir aumentaba con los años. Seguía con las mismas preguntas y no daba con las respuestas adecuadas.
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Quiénes somos
Lo que llamamos espiritualidad es la sensibilidad de conectar con este mundo extraordinario que nos rodea, y que no vemos, que nos guía y que nos protege en cualquiera de sus dimensiones. Manifestándose sin duda en el equilibrio de la naturaleza. ¿Quién no se recarga y se despeja de tensiones andando cerca del mar o en un bosque? Y esto es por algo. Detrás de todo esto existe ese universo que no vemos pero que mantiene esta dinámica infinita.
Si estamos atentos, captaremos los mensajes y chispas de sabiduría que nos guiarán a lo largo del camino. Solo estando despiertos y no dormidos sabremos disfrutar y saborear la vida.
Esta sensación de querer saber y querer llegar a la esencia de todo y no quedarme en lo superficial me dan la libertad y la aventura para emprender de este ciclo de aprendizaje sobre lo que soy, lo que me rodea y lo que puedo dar.
Con el tiempo nos definimos
Me siento satisfecha de recoger lo aprendido y saborear las experiencias que me han hecho crecer como persona en todos los aspectos de la vida. Puedo decir que estoy viviendo la vida que he elegido, con sus luces y sus sombras, sin cambiar ninguna etapa.
A nivel profesional me ha costado mucho definirme, porque para mí la vida no es una profesión, la vivo implicándome en lo que hago en cada momento. Si tengo resultados económicos, muy bien, si no, también, pero me alegra que la diosa Laxmi de la fortuna siempre me ha acompañado. Porque el dinero es abundancia y si lo acompañas de generosidad, nunca te faltará.
El dinero es una bendición cuando tienes el suficiente para no tener que pensar en él.
Empecé mi andadura como empresaria siendo una aventura más de las que ya estaba acostumbrada. Hace 24 años que volvía de India después de haber pasado un largo periodo de tiempo estando allí. Soy profesora de Yoga desde los 21 años y mi pasión siempre ha sido y es la Filosofía Védica, reflejada en el Yoga, desde que la descubrí hasta ahora.
Cada vez que aterrizaba en cualquier parte de India en mis múltiples viajes a este país, me sentía como en casa. Todo me resultaba familiar, todo lo iba asimilando sin conflicto alguno. A los 40 años, tomé la decisión de trasladarme definitivamente y vivir en el país al que amaba tanto, pero después de conseguir el visado de residencia por 5 años, ( que no es fácil), me percaté de que mi sitio realmente debía estar en Occidente, en España… en Granada. Lo vi tan claro, con la misma lucidez que tenía cuando me dirigía al punto de partida en el que me encontraba en ese momento. Occidente se merecía conocer esta cultura milenaria desde otra perspectiva, fuera de los centros de Yoga y los retiros de fin de semana. En el día a día de un comercio casi normal, en la realidad cotidiana con los vecinos, los estudiantes, los turistas…
Es extraño que algunas veces tienes que tomar distancia para darte cuenta de cuál es tu sitio realmente. Por eso no me resultó difícil de nuevo hacer las maletas y volver a empezar de cero. Primero comencé como representante comercial de artículos relacionados con la India, después pasé a distribuirlos por toda Andalucía y, tras 5 años sin descanso, inauguré mi propia tienda en el centro de Granada, coincidiendo con el cambio de milenio, y hasta ahora.
Mis continuos viajes a Oriente, a India, Nepal, Tailandia, Malasia, Indonesia…, todos los países que tienen un vínculo especial con esta cultura milenaria, me han servido de inspiración para seguir conectada y ofrecer aquí lo mejor de cada uno de ellos. He querido dar a conocer esta cultura milenaria, esta forma de ver la vida con un arraigo espiritual fuerte, a través de su artesanía, iconografía, ropa, música, decoración… creando un cachito de la India en el centro de Granada. Hace mas de 20 años, no había muchas tiendas que ofrecieran lo que nosotros teníamos… poco a poco han ido proliferando afortunadamente y la mentalidad de muchas personas han ido cambiando.
Hace ya algunos años que deje de viajar sola, ahora me acompaña Ricardo, mi marido un compañero incondicional. Entre ambos escogemos y seleccionamos lo mejor de lo que vamos viendo en mercados populares y cooperativas familiares de artesanos. Nos preocupamos de que la artesanía que traemos este hecha por adultos y no haya explotación laboral ni se usen derivados de animales o productos tóxicos para la salud. Ricardo como artesano valora y apoya esta forma de vivir al igual que yo.
Con el trascurso del tiempo me he dado cuenta que para formar parte del equipo de Kerala no vasta con querer trabajar solo por la nómina… hace falta que el trabajo te dignifique y te aporte superación personal… de lo contrario surgirá el aburrimiento y la desgana; eso se traduce en un gran deterioro de lo que estas ofreciendo a nivel laboral y personal… por lo tanto el equipo se verá resentido. En Kerala es primordial el trabajo en equipo.
Nuestro estado del bienestar ha llegado a la gran conclusión de que el dinero no esta aportando felicidad, hay un gran desencanto y frustración y como resultado un gran aumento de desequilibrio mental y emocional ( depresión, ansiedad, …). Esto en Oriente ya lo sabían de sobra desde hace siglos y con la meditación nos ofrecen el legado universal para crear paz y bienestar en nuestras vidas, solo si aportamos esa paz a nuestra vida podemos disfrutar de toda la abundancia que queramos abarcar.
Oriente y Occidente tienen muchas contradicciones, pero salvando estas contradicciones arraigadas en el ser humano, podemos vincular lo positivo de ambas culturas para seguir creciendo de forma equilibrada, material y espiritualmente.
Mi Historia
Mi visión de Occidente estando en Oriente fue clara y nítida. Percibí que en Occidente, en Europa, hay más necesidad, más carencia y más pobreza espiritual que en Oriente. Yo vivía en una zona rural, relativamente humilde, y estas personas no tenían la conciencia de que eran pobres y de que necesitaban nuestra ayuda. No perdían su serenidad ni dignidad en sus circunstancias. Su valor en la vida era ser honesto y seguir la tradición aprendida. No se respiraba sufrimiento y confusión. En general no percibías stress, depresión, ansiedad… a pesar de estar rodeada de personas que sobrevivían a circunstancias terribles. La sonrisa no les faltaba.
En vez de quedarme allí, colaborando con una ONG por años, quise volver a Occidente, donde advertí que el sufrimiento aún era mayor. Hoy por hoy el 40% de la población sufre de depresión, ansiedad…, que son enfermedades del alma. Trastornos emocionales que no se ha sabido tratar y ahora se están dando cuenta que la única solución para esta lacra es alimentar el alma, y la meditación esta siendo la mejor de las terapias para ello.
«Un cachito de la India en el centro de Granada»
Mi intención fue ofrecer artículos que te conectan con esta forma de ver la vida, basados en la cultura hinduista y budista. KERALA es un espacio que ofrece artículos que pueden inspirar, que ayudan a crear un entorno diferente en el lugar donde estés, que te conectan con la realidad de lo que somos, cuerpo, mente y espíritu. Yoga significa «unión», la unión de estas tres dimensiones. Si algo te inspira, te va transformando desde el interior, no solo físicamente, sino en los tres aspecto a la vez.
Me resistía a tener que comerciar con algo tan sagrado para mí, como el YOGA, esta filosofía espiritual que lo abarca todo. Fue cuando decidí abrir la tienda, un espacio que ofreciera artículos relacionados con esta filosofía en todas sus dimensiones… desde el Hatha Yoga, ofreciendo zafus para meditar, esteras de yoga para las asanas, cuencos tibetanos para la abstracción mental, malas para el japa, y como no inciensos y esencias para aquietar y relajar la mente. Sin olvidar el aspecto devocional del Yoga, el Bhakti ofreciendo variedad de murtis, imágenes de los dioses del hinduismo y por supuesto de Buda. Todo lo que inspirase a elevar la mente y a controlarla por el bien de la paz interior era bienvenido a Keralagr… y así se fue creando este proyecto, desde el alma y mucha ilusión.
Estoy en la edad de jubilación y aún tengo proyectos e ilusión por hacer más cosas. Lo hago con otro ritmo, sin dejar de saborear lo aprendido, queriéndolo transmitir no con las palabras, sino con lo que ven que estoy haciendo. Vivir es una bendición, disfrutemos de ella y la única manera de transmitirlo es seguir viviendo así.